Lectura y reflexiones del día (18/7/2020)

Lectura del santo evangelio según San Mateo (12,14-21):

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.»


En estos días de julio en la parroquia de “El Salvador” estamos pintando algunas de las salas que utilizamos para catequesis y para otros encuentros pastorales.

El uso, el paso del tiempo, algunas humedades y antiguas goteras han hecho mella y es necesario ponerlas a punto.

Así que, entre varios voluntarios, sin prisa, pero sin pausa, estamos dedicando varias horas a estas labores.

Estas pequeñas reformas también son parábola del estado en el que se encuentran nuestras parroquias: en estado de reforma, de conversión.

Siempre cerrando grietas provocadas por el egoísmo, quitando las humedades que genera la rutina, pintado y dando color a nuestras vidas con el evangelio, y no sólo una vez, sino muchas veces.

Y así, continuamente. Siempre caminando, siempre creciendo, siempre en estado de conversión, para ser una comunidad en donde se note y se sienta la presencia del Señor, nuestro Salvador.